¿Por qué tengo diarrea? - 6 causas comunes

diarrea intestino irritable Dec 06, 2023
¿Por qué tengo diarrea? - causas comunes

Aunque la diarrea es incómoda y puede interferir con la rutina diaria, entender sus causas es el primer paso para abordar este problema de salud. En este blog post, exploraremos las razones más comunes detrás de la diarrea, para arrojar luz sobre por qué nuestro sistema digestivo puede volverse un tanto rebelde. 

Infecciones bacterianas y virales que causan diarrea:

Una de las principales causas de la diarrea es la infección del tracto gastrointestinal por bacterias o virus. Consumir alimentos o agua contaminados puede introducir estos patógenos en nuestro sistema, provocando irritación y aumentando la frecuencia de las evacuaciones intestinales. Salmonela, Escherichia coli (E. coli) y norovirus, entre otros, ejemplifican microorganismos capaces de desencadenar respuestas adversas en el sistema digestivo. Su contaminación puede ocurrir durante diversas etapas, desde la producción hasta la manipulación y el almacenamiento de alimentos.

¿Donde te puedes haber contaminado?

La Salmonela, con su asociación conocida con la salmonelosis, puede residir en alimentos crudos o insuficientemente cocidos, como huevos, aves y productos lácteos. La cepa patógena de E. coli, por su parte, suele manifestarse en carne cruda o mal cocida y en productos lácteos sin pasteurizar. El norovirus, agente común de gastroenteritis, propaga su influencia principalmente a través de alimentos y superficies contaminadas.

Una vez que estos patógenos entran en el tracto gastrointestinal, desencadenan una cascada de eventos inflamatorios. Las bacterias liberan toxinas, mientras que los virus se apropian de las células intestinales. Este enfrentamiento provoca inflamación, eleva la permeabilidad intestinal y perturba la homeostasis de la absorción de agua y nutrientes.  Las evacuaciones intestinales frecuentes representan la respuesta del organismo para expulsar los patógenos, a menudo conduciendo a un estado de deshidratación y debilidad.

 

Diarrea como respuesta a intolerancias alimentarias:

La intolerancia a ciertos alimentos también puede desencadenar episodios de diarrea. La lactosa y el gluten son las dos intolerancias más grandes. Son dos sustancias que algunas personas no pueden digerir adecuadamente, lo que lleva a molestias intestinales y diarrea.

La lactosa, un disacárido presente en productos lácteos, requiere la acción de la enzima lactasa para su descomposición eficaz. Sin embargo, en individuos intolerantes a la lactosa, la producción insuficiente de lactasa impide la descomposición adecuada de este azúcar, llevando a la acumulación de lactosa no digerida en el intestino delgado. Esta situación desencadena la migración de agua hacia el intestino, generando molestias intestinales y diarrea osmótica.

En el contexto de la intolerancia al gluten, la enfermedad celíaca emerge como un paradigma clínico. Esta condición autoinmune se desencadena por la exposición al gluten, una proteína presente en el trigo, cebada y centeno. La ingestión de gluten desencadena una respuesta inmunológica que daña la mucosa del intestino delgado, afectando la absorción de nutrientes y generando diarrea como un síntoma intrínseco.

Diagnosticar intolerancias para encontrar la causa de tu diarrea

La identificación de alimentos desencadenantes es clave para la gestión de estas intolerancias a largo plazo. Las pruebas específicas, como la prueba de hidrógeno en el aliento para la intolerancia a la lactosa o las pruebas serológicas y genéticas para la enfermedad celíaca, permiten un diagnóstico preciso.

 

Medicamentos que causan diarrea como efecto secundario:

El uso de ciertos medicamentos puede ser otra causa subyacente de la diarrea. Esta relación farmacológica, aunque no siempre evidente, puede ser una causa subyacente de trastornos digestivos temporales. Entre los medicamentos implicados se encuentran los antibióticos, antiácidos y algunos utilizados en el tratamiento de enfermedades crónicas, todos capaces de alterar el equilibrio bacteriano en el intestino y desencadenar episodios de diarrea.

Los antibióticos como gran desencadenante de la diarrea

Los antibióticos, esenciales para combatir infecciones bacterianas, pueden afectar indiscriminadamente tanto a las bacterias dañinas como a las benéficas en el intestino. Esta perturbación en la microbiota intestinal puede resultar en un desequilibrio que se traduce en diarrea, un fenómeno que a menudo se clasifica como un trastorno digestivo temporal. Algunos antibióticos, como la clindamicina, amoxicilina, cefalosporinas, quinolonas y tetraciclinas, tienen más probabilidades de causar diarrea como efecto secundario.

Los antiácidos pueden alterar el ambiente intestinal

Los antiácidos, diseñados para aliviar la acidez estomacal, pueden tener repercusiones en el sistema digestivo. Al neutralizar el ácido gástrico, pueden alterar el ambiente intestinal, facilitando el crecimiento de ciertas bacterias y generando diarrea como respuesta a estos cambios en la flora intestinal.

Algunos medicamentos para enfermedades crónicas modulan la motilidad intestinal

Fármacos destinados al manejo de enfermedades crónicas, como algunos antidepresivos, antihipertensivos o medicamentos para la diabetes, también pueden influir en la estabilidad del sistema gastrointestinal. Al modular la motilidad intestinal o interferir con la absorción de nutrientes, estos medicamentos ocasionalmente provocan episodios de diarrea, contribuyendo así a la complejidad de la relación entre medicamentos y salud intestinal.

 

 

Síndrome del intestino irritable (SII) como desencadenante de la diarrea:

El Síndrome del Intestino Irritable, una afección crónica que afecta el sistema digestivo, presenta la diarrea como uno de sus síntomas característicos. Mientras que los desencadenantes específicos pueden variar, ciertos factores comunes contribuyen a la aparición de la diarrea en individuos con colon irritable.

El estrés, tanto emocional como físico, se destaca como un desencadenante importante. La respuesta del cuerpo al estrés puede influir en la motilidad intestinal, desencadenando episodios de diarrea en aquellos propensos al colon irritable. Asimismo, los alimentos desencadenantes juegan un papel significativo. Algunas personas pueden experimentar reacciones a alimentos específicos, como lácteos o gluten, desencadenando así episodios diarreicos. Identificar estos desencadenantes es crucial para gestionar la condición.

Cambios en los hábitos alimentarios, como saltarse comidas, también pueden perturbar la rutina digestiva, desencadenando desequilibrios intestinales y diarrea. Además, factores psicosociales como la ansiedad y la depresión, vinculados estrechamente al colon irritable, pueden influir en la aparición de síntomas, incluida la diarrea.

El colon irritable y la diarrea asociada no tienen una causa única, sino que resultan de la compleja interacción de factores físicos y emocionales. Un enfoque integral, abordando el estrés, la dieta y los factores emocionales, se presenta como clave para un manejo efectivo y una mejora en la calidad de vida de quienes conviven con esta condición crónica.

 

Enfermedades gastrointestinales que provocan diarreas:

Diversas enfermedades gastrointestinales, como la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) o la enfermedad celíaca, se entrelazan con la experiencia de la diarrea crónica. En estas condiciones, el cuerpo despliega una respuesta inmunológica anormal frente a ciertos alimentos o tejidos, desencadenando procesos inflamatorios que culminan en trastornos digestivos persistentes.

La enfermedad inflamatoria intestinal, que abarca la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, implica una inflamación crónica del tracto gastrointestinal. Esta respuesta inmunológica desregulada conduce a la diarrea crónica, acompañada de síntomas como dolor abdominal y pérdida de peso.

Por otro lado, la enfermedad celíaca, una condición autoinmune desencadenada por la ingesta de gluten, compromete la mucosa del intestino delgado. Este daño provoca malabsorción de nutrientes y, en muchos casos, diarrea persistente como consecuencia de la alteración en la absorción de líquidos y electrolitos.

En ambas enfermedades, la diarrea crónica se presenta como un marcador clave de la disfunción gastrointestinal.

 

Estrés y ansiedad son causas directas de la diarrea:

La conexión entre la mente y el intestino es innegable y hace que el estrés emocional y la ansiedad pueden traducirse físicamente en forma de diarrea. El sistema nervioso entérico, a menudo denominado el "segundo cerebro", juega un papel crucial en esta interacción al reaccionar a situaciones de estrés y desencadenar cambios significativos en la motilidad intestinal. El estrés, como respuesta natural a situaciones demandantes, activa el sistema nervioso entérico, provocando alteraciones en la contracción y relajación de los músculos intestinales.

Este vínculo bidireccional entre el estrés emocional y la respuesta intestinal destaca la importancia de abordar no solo los síntomas físicos, como la diarrea, sino también las dimensiones emocionales subyacentes. Estrategias de manejo del estrés, técnicas de relajación y, en algunos casos, la intervención psicológica son fundamentales para mitigar estos efectos y mejorar la salud integral de la persona. En última instancia, reconocer y comprender esta conexión ofrece oportunidades para un enfoque holístico en el cuidado de la salud, integrando mente y cuerpo en la búsqueda de un equilibrio sostenible.

 

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